En la era digital actual, las APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones) son fundamentales para el funcionamiento de sitios web, apps móviles y servicios en la nube. Sin embargo, su crecimiento también ha aumentado el interés de los ciberdelincuentes. Una API mal protegida puede ser la puerta de entrada para un ataque devastador. En este artículo, te contamos cómo los hackers aprovechan estas brechas y, lo más importante, cómo podés proteger tu negocio.
¿Por qué las APIs son un blanco común?
Las APIs exponen funcionalidades y datos que pueden ser utilizados por aplicaciones externas. Esto las convierte en un objetivo tentador para los atacantes, ya que pueden:
- Acceder a datos sensibles.
- Ejecutar funciones críticas sin autorización.
- Interferir con la lógica del negocio.
- Realizar ataques automatizados, como fuerza bruta o inyecciones de comandos.
Vulnerabilidades comunes en APIs
A continuación, algunas de las fallas más explotadas por hackers:
1. Falta de autenticación y autorización adecuadas
Muchas APIs permiten peticiones sin verificar la identidad o los permisos del usuario.
2. Exceso de información en los mensajes de error
Los errores detallados pueden revelar información sobre la infraestructura, bases de datos o lógica interna.
3. Validaciones insuficientes de entrada
Los hackers pueden enviar datos maliciosos para realizar ataques de inyección (como SQLi o XSS).
4. Exposición de datos sensibles
APIs que devuelven más información de la necesaria, como números de documento o direcciones.
5. Rate limiting deficiente
Sin un control del número de peticiones, los atacantes pueden abusar de la API con ataques de denegación de servicio (DoS).
¿Tu API está segura?
Es fundamental auditar y testear las APIs regularmente. En Cantalupe trabajamos con herramientas de “API Security Testing” para detectar vulnerabilidades antes de que sean explotadas. Si nunca realizaste una auditoría de tu API, podrías estar en riesgo.
Buenas prácticas para proteger tus APIs
- Autenticación robusta: Usar protocolos como OAuth 2.0 y tokens JWT.
- Validar y sanitizar entradas: Nunca confiar en los datos que vienen del cliente.
- Implementar rate limiting y throttling.
- Cifrar todas las comunicaciones con HTTPS.
- Evitar exponer datos innecesarios.
- Auditorías de seguridad frecuentes.
- Controlar los permisos de cada usuario según el principio de menor privilegio.
Para una guía completa de seguridad en APIs, consultá el informe de OWASP API Security Top 10.
Protegé tu empresa con Cantalupe
En Cantalupe ayudamos a organizaciones a proteger sus activos digitales mediante auditorías, monitoreo constante y asesoramiento experto en ciberseguridad. ¿Querés saber si tu API está segura?
📩 Contactanos y solicitá un diagnóstico de seguridad. Prevení antes que lamentar.
0 Comentarios